
El árbol tiene ramas similares a las de un pino y sus agujas están hechas de un material plástico que puede absorber dióxido de carbono a medida que fluye el aire” explicó, al tiempo que puntualizó que de igual forma que un ejemplar natural, a medida que fluye el aire por sus ramas estos árboles absorben el CO2 y lo mantienen en su interior, una absorción “casí mil veces” más rápida que la de árboles naturales.
Según recoge la BBC, los árboles y otras plantas naturales, que son los principales encargados de limpiar el CO2 de la atmósfera terrestre, absorben CO2 y lo almacenan en sus tejidos.
El árbol sintético atraparía el CO2 en un filtro donde sería comprimido como dióxido de carbono líquido. Así, podría ser enterrado y almacenado de forma permanente en la profundidad de la Tierra. No obstante, una de las ventajas con las que cuenta este árbol es que no precisa de luz solar o agua para funcionar.
Aunque el prototipo creado por el investigador es pequeño, se espera que en el futuro sea más grande y pueda ser colocado en cualquier parte. “Lo que veo a corto plazo es un aparato del tamaño de un camión en el que se puedan colocar las ramas juntas en una caja similar al filtro de una caldera
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